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FESTIVIDADES.

 

En la ciudad de Cuenca muchos rasgos de la ritual y mágica cultura de los pueblos aborígenes prehispánicos tuvieron un interesante secretismo con las costumbres trasladadas desde España. Esto se puede observar con mayor claridad en las ricas formas de cultura popular cotidiana que se expresan con mayor intensidad en las fiestas y conmemoraciones religiosas tanto en Cuenca como en los más pequeños pueblitos del Azuay.

El Septenario
 

Es una celebración que se la instituye desde la misma fundación de Cuenca y conforma actualmente una de las festividades más sobresalientes del calendario litúrgico Cuencano.

 

Esta popular fiesta, comienza con la fiesta del Corpus Cristi a lis sesenta días de la pascua de resurrección, que por lo general se da en el mes de junio, tiene como motivo principal el culto al Santísimo sacramento o Corpus Cristi  y como el nombre nos indica tiene una duración de siete días durante los cuales se desarrollan ritos religiosos y seculares cuyos escenarios son la Catedral de Cuenca y el Parque Abdón Calderón.

 

El principal atractivo consiste en el multicolor espectáculo de los juegos pirotécnicos. Estas “artesanías de luz” consisten principalmente en grandes castillos con radiantes luces, globos construidos con papeles de diversos colores en las más variadas formas, bulliciosos cohetes que rasgan la noche Cuencana, además de la alegre música de las bandas de pueblo y la venta de los dulces de Corpus, alrededor del parque, elaborados con antiguas recetas de la confitería popular conservadas con mucho celo.

Semana Santa
 

En la litúrgica católica, la Pascua de Resurrección es la fiesta principal del año, inclusive mucho más importante que todas las fiestas religiosas como la Navidad. Antes de celebrarla se tiene un “tiempo de preparación” para la resurrección  del Señor, que se llama Cuaresma misma que inicia el miércoles de ceniza y culmina con la celebración del Domingo de Ramos.

 

La Cuaresma es principalmente el recuerdo de los 40 días que el Señor paso ayunando en el desierto como consta en la liturgia de la iglesia. Generalmente el jueves santo se hace el recorrido por  las 7 iglesias y el viernes santo se considera un día de ayuno y abstinencia de carne para todos los fieles y es costumbre cristiana preparar la “fanesca” como el plato propio de un día de ayuno es decir una sola comida para todo el día.

El Carnaval
 

Esta tradicional fiesta se origina en tiempos coloniales. Esta celebración se produce durante los tres días anteriores a la abstinencia de cuaresma, comienzan siempre en un día domingo y termina con la celebración del miércoles de ceniza, era considerada una fiesta pagana, en donde se producían todos los desmanes que la cuaresma impide.

El carnaval es una fiesta muy popular en la que el agua, la harina, papel picado y todos los alimentos la alcance convierten en los principales elementos del juego, en donde participan familiares, amigos, vecinos y transeúntes.

El frio chapuzón es por lo general acompañado de bebidas y comidas populares como el canelazo y el mote pata; igualmente en la casa se preparan una variedad de dulces y conservas hechos con la fruta de la temporada y el tradicional pan de huevo. El baile, la música popular y las guitarras no faltan en las casas cuencanas.

Corpus Christi
 

El Corpus Christi, es sin duda una de las manifestaciones religioso-populares de mayor importancia y antigüedad en la ciudad. En Cuenca esta tradición tiene tintes únicos y especiales, pues por siete noches consecutivas inicia un viernes y culmina un jueves; posteriores al día de Corpus, se celebra el “Septenario”, que es una fiesta muy afamada en el país por su colorido y pirotecnia.

En la fiesta del Septenario participan, animados por la Arquidiócesis de Cuenca, comunidades religiosas; autoridades civiles y militares, instituciones públicas y privadas, entidades educativas y grupos organizados. El entorno para el desarrollo de la fiesta está constituido por la Catedral Nueva y el Parque “Abdón Calderón”  en donde un componente esencial son los famosos “dulces de Corpus”, que se expende en numerosos puestos alrededor del parque durante el Septenario. Si bien esta es una vieja costumbre traída desde España, en Cuenca adquirió toques característicos y propios de esta tierra.

El Corpus Christi o “Septenario” cuencano, es una de las celebraciones más coloridas del país, reflejo de la cultura popular y religiosa de un pueblo amante de sus tradiciones que a pesar del paso del tiempo, aun no desaparecen. 

La fiesta de las cruces
 

Una forma de marcar los límites de las ciudades que fundaban los españoles en épocas de la colonia y además de resguardarlas de posibles males, consistía en establecer un cinturón de iglesias y cruces en sus alrededores.

 

Los barrios más tradicionales de Cuenca, como El Vado, San Sebastián y Todos Santo, que hoy conforman los límites del centro histórico y hace más de 400 años eran los límites de la ciudad, celebran esta fiesta el dos de mayo, con una clásica maratón que recorre la ruta que une a estos sectores. Con más intensidad se vive esta conmemoración en El Vado, al  suroccidente del centro histórico y junto al barranco del rio Tomebamba, en donde se pueden observar durante la noche diversos juegos pirotécnicos, bandas populares y bailes.

El Pase del Niño Viajero
 

Con toda seguridad la fiesta Cuencana de mayor atractivo para quienes visitan la ciudad durante el mes de diciembre son los alegres y coloridos Pases del Niño, que son procesiones para venerar a la escultura del Niño Dios.

 

La principal procesión es el Pase Mayor del 24 de diciembre, dedicada al Niño viajero, el desfile lo protagonizan imágenes escultóricas del Niño Dios provenientes de iglesias y de propiedad particular que van engalanadas y acompañadas por niños disfrazados de pastorcillos, ángeles, vírgenes, reyes magos, cholas, cañarejos, fitajas, etc.

 

Los carros alegóricos (vehículos decorados con grandes cortinas y decoraciones que representan diversas escenas bíblicas y motivos autóctonos), conjuntos musicales campesinos y bandas populares que interpretan los llamado “tonos del niño”, constituyen elementos imprescindibles. Merecen destacarse también los mayorales (antiguos campesinos del Cañar que tenían prestigio y poder social), que conducen caballos arreglados en forma artística con cintas, guirnaldas de frutas y ofrendas para el niño consistentes en productos tradicionales: frutas, licores y alimentos cocinados como el típico cuy.

El Año viejo
 

Una importante tradición es la quema del año viejo, representado por un monigote o muñeco en la última noche del año, significa dejar pasar el año y con él todas las cosas malas que en este periodo hubieran pasado. La preparación y arreglos de ensenaros improvisados y la confección de los muñecos se realizan tanto en casas con familiares  y amigos, como en los barrios más populares de Cuenca, con la participación de los vecinos, generalmente tienen como motivos los aspectos más importantes de la vida política y social de la ciudad representados con jocosidad.

El muñeco se quema a las doce de la noche del 31 de diciembre, acompañado de juegos pirotécnicos, globos de papel, música y baile.

La comida típica de esta celebración son los tamales de maíz y chancho, el pernil de cerdo hornado y de postre buñuelos con miel de caña.  

Los Inocentes
 

La fiesta de inocentes se realiza el 6 de enero como una forma de recordar el sacrificio de los niños inocentes ordenado por Herodes en la época cristiana. Durante la tarde y noche de este día tiene lugar, a lo largo de la Avenida Huayna Cápac, un desfile de comparsas y disfraces.

 

Esta tradición constituye una forma caricaturesca y alegre del pueblo de replantar, mediante de teatro popular callejero, a los personajes políticos o famosos de la ciudad, el país o el mundo.

Día de los Difuntos
 

Al igual que en muchas ciudades de América Latina, el 2 de noviembre se celebra el Día de los Difuntos en Cuenca, lo significativo de esta fecha esta en la mezcla de ritos cañari, inca y español.

 

Para este día se prepara la tradicional colada morada, una bebida que se toma caliente y está preparada a base de harina de maíz y mortiño, fruta que da un sabor especial y el color morado a la bebida, además de las guaguas de pan, figuras humanas moldeadas en masa de pan y luego de cocidas decoradas. Con estos alimentos la gente visita las tumbas de sus seres queridos, se comparte con ello lo preparado y se deja un poco de colada y pan sobre la tumba.

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